Enviar un wasap un viernes informando de que tu hij@ tiene piojos para que las demás madres revisen las cabezas de sus hij@s, y que tu cri@ vuelva el lunes llorando del cole porque los amigos lo han señalado con el dedo.
Indignante. Por no decir otra cosa.
No sé por qué me sigue sorprendiendo que pasen estas cosas. ¿En qué sociedad vivimos? ¿Qué les estamos enseñando a nuestros hijos? Se supone que nosotros, los adultos, debemos inculcar a los más pequeños valores como el compañerismo, la amistad, la honestidad, la humildad y el respeto. Entonces ¿en qué están pensando esos padres cuando le dicen a sus hij@s cuidado con fulanito o no te juntes con menganito que tiene piojos? El mensaje está claro:
CUIDADO!! Ese niño tiene algo malo y no debes jugar con él.
Además normalmente este mensaje es trasmitido con mucha aprensión y un deje despectivo e incluso despreciativo que no hace sino confundir a nuestros hijos y que generen una conducta de rechazo hacia su compañero, conducta que además puede mantenerse durante semanas o incluso todo el curso escolar.
Los niños son eso, niños. Hay que explicarles qué son los piojos, cómo se pueden contagiar y lo más importante, que los puede coger cualquiera. Los piojos no entienden ni de razas, ni de edades, ni de clases sociales ni de limpio o sucio. Simplemente existen en nuestro entorno y le puede tocar a cualquiera.
Cuando una madre o padre nos dice que su hijo tiene piojos, nuestra obligación como padres es revisar la cabeza de nuestros hijos para ver si tienen o no piojos en ese momento y seguir con la guardia alta al menos durante un par de semanas o tres y por supuesto, dar las gracias por haber compartido la información. En ningún caso debemos hacer partícipe a nuestro hij@ de esta información ya que como niño que es, lo más seguro es que ocurra lo que le pasó a esta madre y se burlen de su compañero nada más llegar al colegio.
Con este tipo de comportamientos lo único que estamos consiguiendo es hacerle la vida más fácil al piojo. Esta madre que por un bien comunicó que su hijo tenía piojos ya no lo volverá a comunicar. Se callará. Resolverá el problema por su cuenta y no volverá a exponer a su hijo a las críticas y risas de sus compañeros (o más bien, de los padres de sus compañeros ya que ellos han sido los que han propiciado ese comportamiento en sus hijos).
No nos cansamos de repetir: ACCIÓN COLECTIVA. Si queremos mantener nuestro entorno libre de piojos hay que trabajar en EQUIPO. Ser solidarios y tener sentido común. Señalar con el dedo, marginar y convertir en objeto de burla a un compañero de nuestro hij@ no beneficia a nadie. ¿Qué pasará cuando sea vuestro hij@ el que tenga piojos?